lunes, 22 de junio de 2009

Cumplir años...

Cuando yo era chica, cumplir años era fabuloso.
Ya se, ya se, estás pensando: "UHHH ahora se va a poner a contar como eran los cumpleaños hace quichisecuantos años..."
ERROR. Empiezo de nuevo.

¡Lo que intento decir es que en algún momento de la vida, mucha gente empieza a odiar cumplir años! Y cuánta gente miente la edad, y esa consabida frase "a una dama no se le pregunta su edad" y...

A ver, a ver: todos, absolutamente todos, cumplimos años inexorablemente una vez al año. Lógica pura. Me quemé la rusi-neurona.

Es inevitable, un hecho indiscutible, "científicamente comprobable" y humanamente general y común.
Entonces: ¿por qué tanto espamento? (mi hermana se ríe cuando uso esa palabra, y tiene razón, es graciosa. Por eso la uso)
¿Por qué negar un hecho natural? Porque envejecer da miedo. No escribí "crecer", nótese la nada sutil diferencia, escribí "envejecer". Y sucede que solemos asociar la vejez con la decrepitud. Y eso si que a nadie le gusta. Pero, querido lector de blogs, te comunico que la vejez y la decrepitud no necesariamente son gemelas. Es, apenas, una cuestión de elección personal.
Es decir, todos seremos viejos nos guste o no. Contra eso, no hay tu tía. Sin embargo, podemos elegir ser decrépitos... o no.

Dejo por ahora el temita de las elecciones para otra entrada, y sigo con los cumpleaños: todavía estoy esperando que dejen de gustarme. Porque a pesar de mis quichisecuantos años, ¡me encantan los cumpleaños! Si, todos: los ajenos y sobre todo los míos.
Podés retrucarme, tenés permiso: "y si es algo taaaan natural, ¿por qué tanto espamento?" (ya te dije que me gusta la palabrita, reíte, no más)

Y te contesto: tanto espamento, ¡y más! porque mi cumpleaños es mágico, yo elijo que sea mágico para mí.

Y ese día, lo primero que hago es agradecerle a mi madre haber decidido dejarme nacer. Pensalo: si ella hubiera decidido otra cosa, (y por supuesto que tenía derecho a decidir lo que creyera correcto en ese momento de su vida) yo no estaría festejando. Ni vos estarías leyendo esto.

Y lo segundo que hago es agradecer a la vida el estar viva. Bueno, esto lo hago en realidad cada día de mi vida, no solo en mi cumpleaños. Pero ese día en especial, porque lo tomo como una especie de resumen. Creo que lo único VERDADERAMENTE valioso que tenemos es nuestra vida. Todo lo demás es superfluo.

¿Te parece tajante mi veredicto? Puede ser, pero pensá en esto: podés seguir viviendo con mucho, pero mucho menos de lo que tenés en este momento. Pero sin tu vida, no podés seguir viviendo. Así que, celebrar un año más de vida me parece un motivo más que valedero para hacer muchísimo espamento.

De paso, te cuento: el viernes 26 de junio cumplo mis felices 38...

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