jueves, 2 de septiembre de 2010

LA QUE MINTIÓ AMBOS BESOS


Silenciosa la arboleda.
Apenas si pasea un trino por sus ramas...

Un corazón arde en la espera
de una siesta tardía,
adivinando pasos furtivos
como esperanzas.
Alargando la mirada en los senderos,
dominando ansiedades
que queman como brasas.

Silenciosa la arboleda,
las horas pasan.

Durante el lento olvido
una ilusión se encarna
en el mudo abrazo de un cuchillo:
el silencio se quiebra con un grito
y el dolor se esparce en roja savia.

Silenciosa, de nuevo, la arboleda:
tendido el que esperaba,
ausente su asesino,
y en el aire quieto de la siesta
la mujer que mintió dos besos
desdibuja olvido en un suspiro...
y busca otro amor.

viernes, 27 de agosto de 2010

NACÍ DE GOLPE A LA VIDA


Tengo los ojos lejanos,

tan largos cuando me voy...

Tal vez nací de distancias,

de horizontes, del perdón.

Tengo oscuras las palabras

y algo profunda la voz.

La noche que fue mi padre

y la luna que me parió

me dieron collar de estrellas

y nubes por corazón:

por eso se ven tormentas,

un rayo me despertó.


Cuando nacía, la muerte

pasando me saludó,

me hizo un guiño compañero

y sin miedos me dejó.

No llevo ley ni conductas

en el bolsillo de atrás.

Voy caminando derecha

con el alma en el ojal

para ofrecer mi perfume

a quien quiera disfrutar.


Soy hija de cada día,

y cada día, al despertar,

bendigo el haber nacido...

no me importa en qué lugar.

martes, 24 de agosto de 2010

A IMAGEN Y SEMEJANZA

Jugué con él hasta morir en él.


Estoy hechizada
desde que descubrí
su alma en jirones
de versos, de palabras.
Quien sabe que diría
si pudiera responderme…

Intento hablar su mismo idioma,
pero mis versos se opacan
y quedo muda.

Y lo prefiero así,
solo en poemas,
para poder crear
mi propio "él"
a imagen y semejanza.

martes, 10 de agosto de 2010

DOS PERLITAS AÑEJAS

Así, como para recomenzar. Las dos son de hace muchos años, cuando aún era posible enamorarse locamente.



I



Te amaré en silencio
y te amaré por siempre.

No importa a quién ames,
no importa a quién beses,
te amaré en silencio
y te amaré por siempre.
Aunque yo me vaya,
aunque tú te alejes.

No importa a quién mire,
no importa a quién bese,
te amaré en silencio...
y te amaré por siempre.



II


Es la hora en que se apagan las palabras.
Es la hora que duda
entre la oscuridad y el silencio.
Es la hora de la angustia del insomne,
entre lunas que vacilan y se mueren.

Esa hora que disfruto tibiamente,
ante el miedo de la noche
que se apaga.

Es la hora del recuerdo y de las brujas,
es la hora del poema y los fantasmas,
es la hora sádica y doliente
que transcurre calma, cruel y suavemente.

Es la hora en que tu nombre llama.
Es la hora en que te pienso siempre.
Es la hora en que los pocos que quedamos
esperamos un suspiro de la muerte.

HE VUELTO!

Eso. Volví.
¿Cómo? ¿que nadie se dio cuenta de que me fui?
.....
Dolor de ego, nada más.
Bueno, para mañana un post como corresponde.